¡Cómo pasa el tiempo! Ya no somos aquellos jóvenes que hace veinticinco años decidimos emprender un camino nuevo, un camino diferente, un camino por explorar, un camino que nos deparaba muchas experiencias, muchas sorpresas, muchas alegrías, pero también muchas tristezas. Es que veinticinco años dan para mucho… para tener hijos, para verlos crecer, formarse y hacerse adultos.
Este tiempo a nosotros nos ha dado mucho más de lo que esperábamos. Parece que fue ayer cuando apenas sabíamos distinguir un tornillo de un remache, un panel de un tablero, un perfil de acero de una chapa plegada… Todo lo que creíamos saber de la teoría, de los estudios y de la formación universitaria era casi nada para el conocimiento que a día de hoy hemos alcanzado. Nuestros primeros trabajos, nuestros primeros módulos, nuestros primeros clientes, pruebas, ensayos, experimentos, diseños en papel a4 y bolígrafo, horas y horas leyendo, buscando productos, fabricantes, catálogos, materiales que sirvieran para todo aquello que soñábamos hacer algún día. Aprendimos de nuestros aciertos y mucho más de nuestros errores, nos caímos y nos levantamos cada vez con más energía, con más ganas de aprender, con más fuerza, nos arrimamos a personas, profesionales que por edad y experiencia estaban a años luz de nosotros siempre con humildad, con respeto, queriendo aportar, asimilando conceptos e ideas, fijándonos en cómo ellos hacían las cosas. Luego, a solas, una y otra vez nos dejábamos la piel para hacer lo mismo e incluso un poco mejor si fuese posible. En veinticinco años, hemos tenido la gran suerte de contar con el apoyo de muchas personas, empresas, proveedores, clientes y, sobre todo, hemos tenido la gran suerte de poder tener siempre a un equipo de trabajadores excepcional, gente con ganas de crecer, de aprender, de avanzar. Hemos recorrido los cinco continentes realizando montajes de estructuras espaciales en todo tipo de proyectos, hemos recorrido parte de América Latina, Norte de Africa y Europa exportando nuestro sistema modular industrializado.
Hemos ayudado a todos los que nos lo han pedido, le hemos enseñado y le hemos apoyado, exactamente igual que hicieron con nosotros. En nuestra filosofía no entra la competencia desleal, al contrario, somos más de compartir que de competir.
Han pasado veinticinco años desde que iniciamos este largo camino y cada mañana, cada día que pasa, seguimos aprendiendo y seguimos sorprendiéndonos ante cualquier pequeño detalle que nos haga mejorar. Nos hemos especializado en la fabricación de edificios modulares industrializados, sin dejar de lado otras líneas de trabajo que han sido, son y serán el alma de nuestro existir, pero no queremos dejar de soñar, no queremos dejar de crecer y de ofrecer lo mejor de nosotros a la sociedad, a nuestros clientes, a ti. Por ello CIMPRA, trata de fabricar las viviendas modulares que sean referentes en el mercado para satisfacción de todos nuestros clientes. Por ello, nos empeñamos en seguir construyendo edificios públicos, centros sanitarios, escuelas, oficinas, edificios administrativos que se adapten a las necesidades actuales. Para esta tarea contamos con un extenso equipo humano de arquitectos, ingenieros, economistas, administrativos, y un grupo multidisciplinar encargado de llevar a cabo todas las ideas, todas las obras y proyectos a la perfección.
Acaba un año complicado y duro que ha dejado una huella imborrable en la sociedad, pero nos ha hecho darnos cuenta de lo que es verdaderamente importante, la vida y para disfrutarla requerimos cambios que nos faciliten la misma, que nos aporten aquello que hasta hoy parecía que no importaba. CIMPRA, en su compromiso con la sociedad, investiga, diseña y propone viviendas y edificios más humanizados. Una inversión de horas y esfuerzo que, sin duda, nos ayudarán a mejorar nuestro sistema de vida. A partir de hoy mismo comenzamos a pensar en los próximos veinticinco años que serán sin duda mejores para todos.
    CIMPRA 25 años aprendiendo cada dia 5